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¡Araca señora! Está el Ford...
Pascual Contursi nació en Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires, en noviembre de 1888, pero siempre fue, absolutamente, un porteño de cuerpo y alma. Desde muy joven dos grandes pasiones marcaron toda su vida: el tango canción, por un lado; y el teatro, por otro. En ambas triunfó ampliamente.
Tras unos pocos años pasados en la ciudad de Montevideo, el recuerdo de la calle Corrientes, aún angosta, lo hace regresar a la ciudad de Buenos Aires, y aquí se incorpora a las tertulias que se realizaban en el café La Terraza, en Corrientes y Paraná, donde intima, entre otros, con Elías Alippi, Ivo Pelay y Bayón Herrera.
Es entonces cuando sus versos comienzan a ser más populares, y así surgen
Mi noche triste,
Ivette,
De vuelta al bulín,
Ventanita de arrabal,
La cumparsita, y
La mina del Ford, entre otros temas. Gracias a su otra pasión, el teatro, aparecen en escena obras como
Los distinguidos reos;
Patotero,
rey de bailongo; Percanta que me amuraste y
Un programa de cabaret, entre muchas otras. Y fue gracias a la última de estas obras que hemos nombrado, Un programa de cabaret, que Pascual Constursi escribió, “
apenas en un rato”, como se aclaró entonces, la letra de La mina del Ford.
Pascual Contursi
Contursi, junto a Enrique P. Maroni, había escrito la obra
Un programa de Cabaret, que se estrenó en el Teatro Apolo el 6 de junio de 1924. Aquella puesta en escena no tuvo éxito, y según se asegura en la obra de Torres Agüero Editor, impresa en 1977, “la obra languidecía en medio de la indiferencia acentuada de los escasos espectadores que se aventuraban a entrar al Apolo”.
Sin embargo Pascual Contursi no quiso darse por vencido, y decidió inyectarle algún nuevo motivo de atracción al declinante espectáculo. Y entonces fue que escribió, “
apenas en un rato”, los versos de La mina del Ford, y corrió con la letra hasta donde estaba Fidel de Negro, pianista del conjunto típico del maestro Antonio Scatasso. A Scatasso y a Del Negro les gustaron aquellos versos de Pascual Contursi, y ambos de encargaron de convertirla en un tango milonga. Quien la cantó, esa misma noche, fue la actriz Luisa Morotti, quien tuvo un gran éxito, desde entonces, contándole al público, noche tras noche, qué cosas eran las que quería “la mina del Ford”.
La mina del Ford
Yo quiero un cotorro
que tenga balcones,
cortinas muy largas
de seda crepé...
Mirar los bacanes
pasando a montones,
pa' ver si algún reo
me dice: ¡Qué hacé!...
Yo quiero un cotorro
con piso encerado,
que tenga alfombrita
para caminar;
sillones de cuero
todo repujado
y un loro atorrante
que sepa cantar...
Yo quiero una cama
que tenga acolchado...
Y quiero una estufa
pa' entrar en calor...
Que venga el mucamo
corriendo apurado
y diga: ¡Señora!
¡Araca! Está el Ford..
Autora del texto: Susana Rigoz