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Enrique Santos Discépolo, el eterno filosofo porteño







El 27 de marzo del año 1902, en la calle Paso del porteño barrio del Once, nació Enrique Santos Discépolo, uno de los más grandes poetas del tango y un eterno filósofo de nuestra ciudad. Su padre, Santo Discépolo, italiano y músico de profesión, llegó a nuestro país en 1871, donde formó familia con una argentina, Luisa Belucchi. En los treinta años que vivió en la ciudad de Buenos Aires, donde murió en 1903, Santo Discépolo dirigió las bandas de la Policía y la del Cuerpo de Bomberos. Fue autor de numerosas piezas musicales populares y formó parte de reconocidos conjuntos musicales.

Enrique Santos Discépolo siempre reconoció haber tenido una niñez muy triste, y los principales motivos de ellos fueron las muertes de sus padres. El de su padre, cuando él solo contaba con cinco años de edad, y el de su madre, poco antes de que quien sería Discepolín, cumpliera los nueve. El recuerda así, con estas palabras, lo que siguió a aquellos primeros golpes dolorosos de la vida: “Fui a vivir a la casa de unos parientes, ricos, donde jamás pude sentirme otra cosa más que un intruso”. “Tanto era esto así que aprendí a dormir sin ni siquiera moverme en la cama, para evitar hacer cualquier ruido que pudiera molestar a aquella gente”.

Corría el año 1911 cuando Discépolo logra irse a vivir a la casa de Armando, su hermano mayor, en el mismo año en que termina su escuela primaria. Según el contó alguna vez, fue un buen alumno, pero un poco más adelante fracasaría en su intento por ingresar al colegio Mariano Acosta. “Fue en esa época -cuenta-, cuando comencé a hacerme la rabona. En lugar de ir al Colegio Normal yo dirigía mis pasos hasta una librería que había frente al colegio, y allí pasaba las horas. Yo llegaba con mate y con bollos, que convidaba al librero, y el me prestaba libros de texto y de teatro. Así seguí unos meses hasta que me decidí y le dije a mi hermano que no quería ser maestro, sino actor de teatro”.

DiscepoloEnrique Santos Discépolo incursiona por primera vez en las lides actorales en 1917, en la compañía de Roberto Casaux, y al año siguiente estrena su primera pieza teatral, “Los duendes”, escrita junto a Mario Folco. Así llega este autor al año 1925, cuando estrena “El organito”, escrita en colaboración con su hermano Armando. Este estreno, en el teatro Nacional, fue hecho por la destacada compañía teatral de don Pascual Carcavallo.

Su principal admirador fue, probablemente, otro gran poeta, Homero Manzi. Este, antes de morir, el 3 de mayo de 1951, dio a conocer un poema que le había escrito a su amigo, al que tituló, "Discepolín".






Sobre el mármol helado, migas de medialuna,
y una mujer absurda que come en un rincón.
Tu musa está sangrando, y ella se desayuna,
el alba no perdona, no tiene corazón.
Al fin, ¿quién es culpable de la vida grotesca,
y de alma manchada con sangre carmín?
Mejor es que salgamos antes de que amanezca,
antes de que lloremos, ¡viejo Discepolín!

Conozco de tu amargo sufrimiento,
y comprendo lo que cuesta ser feliz.
Y al son de cada tango te presiento
con tu talento enorme y tu nariz.


Ocho meses después de la muerte de Manzi, el 26 de diciembre, sin que nada lo hiciera esperar, falleció Enrique Santos Discépolo, “Discepolín”.





flecha Autora del texto: Susana Rigoz






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