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Brigadier de la Real Armada Santiago de Liniers y Bremond
(Niort, Francia, 25 de julio de 1753 - Cabeza de Tigre, Argentina, 26 de agosto de 1810).
Conde de Buenos Aires, Caballero de la Orden de
San Juan, Caballero de la Orden de Montesa, Oficial de Caballería,
Oficial de la Real Armada, Comandante General de Armas de Buenos
Aires y Virrey del Río de la Plata.
Este gentilhombre francés al servicio del
Rey de España, fue una de las figuras más románticas
que tuvo la historia del Virreynato del Río de la Plata.
Hijo de un Oficial de la Royal (Armada Francesa),Jacques
de Liniers, Señor de Cran-Chaban; y de Enriqueta Teresa de
Bremond. De puro linaje provinciano, pertenecían a la aristocracia
militar.
A los doce años, se decidió por
la carrera militar. Siguiendo la tradición familiar cursó
en la Soberana Militar Orden de Malta, llamada también San
Juan de Jerusalén. Se vio beneficiado por el tercer Pacto
de Familia (1761), que permitió a los franceses participar
en las empresas militares españolas en igualdad de derechos
y obligaciones que los españoles. Ingresó en la Escuela
Militar de la Orden de Malta, donde después de tres años
egresó, en 1768, con la Cruz de Caballero.
Inició su carrera militar en Francia como
Oficial de Caballería, donde obtuvo el grado de Subteniente
de Caballería en el Regimiento de Royal-Piémont.
En 1774 solicitó la baja y se alistó
como voluntario en una de las cruzadas contra los moros argelinos.
Al concluirla, rindió examen de Guardiamarina en Cádiz,
para así prestar servicios como voluntario para el Reino
de España. En 1775 recibió el grado de Alférez
de Fragata.
En 1776, bajo las órdenes del Capitán
General Pedro Antonio de Cevallos Cortés y Calderón,
se embarcó al Virreinato del Río de la Plata y participó
en la ocupación de la isla de Santa Catalina y en el ataque
a Colonia del Sacramento.
Entre 1779 y 1781 estuvo embarcado en el navío
San Vicente, perteneciente a la escuadra franco-hispana que luchó
contra la flota inglesa. Por su acción en el sitio de Mahón
y en la conquista de Menorca, fue ascendido a Teniente de Navío.
Luego actuó en el sitio de Gibraltar, y por su acción
en la toma de un corsario inglés fue ascendido ahora a Capitán
de Fragata.
En 1788 fue enviado al Río de la Plata
para organizar una flotilla de cañoneras. En este viaje llevó
a su hijo Luis y a su primera esposa, Juana de Menviel, con la que
se había casado en Málaga. Pero ésta muere
en 1790 y Liniers contrae enlace nuevamente, esta vez en Buenos
Aires, con María Martina Sarratea.
Dirigió la fortificación de Montevideo,
y en 1796 obtuvo como Jefe de la Escuadrilla obtuvp el grado de
Capitán de Navío de la Real Armada.
En 1803 el Virrey Joaquín del Pino y Rozas
lo nombró Gobernador de Misiones. Allí realizó
un importante estudio político y científico de la
zona.
En 1804 fue nombrado por el Virrey Rafael de Sobremonte,
Jefe de la Estación Naval de Buenos Aires, pero pronto fue
trasladado a la Ensenada de Barragán. En el viaje a Buenos
Aires falleció su esposa María Martina. Se sentía
desplazado por otros oficiales españoles, pues creía
tener méritos para un destino mejor.
Organizó la "Reconquista" desde Montevideo y, con
aproximadamente 1.300 hombres, desembarcó en Tigre y avanzó,
con el apoyo popular, hacia Buenos Aires. Intimó al enemigo
rendición, la que se produjo el 12 de agosto. Dos días
después, se supo que el virrey Sobremonte acudía desde
Córdoba en auxilio de la ciudad, ya libre. En tanto, se reunió
un cabildo abierto que decidió pedir al Virrey que delegara
en Liniers el mando militar del virreinato. Este reconocimiento
general del gran desempeño de Liniers llegó a la Corona,
que lo nombró Brigadier de la Armada.
De inmediato, comenzaron los preparativos para
poder enfrentar una nueva invasión. Se organizaron batallones
y compañías separados por castas y provincias y se
designaron oficiales con la aprobación de las tropas. En
pocos meses, se movilizaron más de 8.000 hombres, se organizó
la maestranza, se construyeron baterías y se disciplinó
a la tropa.
A comienzos del año siguiente, los británicos
tomaron Montevideo y, entrado el invierno, dirigieron un nuevo ataque
a la capital del virreinato. El centro de la resistencia fue la
Plaza Mayor. Toda la población se unió a las tropas
y participó de la encarnizada lucha que se libró en
las calles de la ciudad. El 6 de julio, Whitelocke capituló,
aceptando el ofrecimiento de Liniers.
En ese mismo año, Liniers fue designado virrey en forma provisoria;
meses después, fue confirmado. En virtud de la real orden
del 13 de febrero de 1809, Liniers se hizo acreedor al título
de conde de Buenos Aires, de una elevada pensión y de la
propiedad de tierras que heredarían sus hijos y sucesores;
de esa manera, la Junta Central premiaba los méritos y el
desempeño que Liniers había alcanzado como virrey.
Los acontecimientos revolucionarios de mayo de 1810 lo sorprendieron
en Córdoba, en viaje ya de Tucumán a la península.
En Córdoba, las autoridades, con excepción
del deán Funes, habían decidido desconocer a la Junta
de Mayo y exhortar a los gobiernos dependientes (La Rioja y Cuyo)
a tomar la misma actitud. Liniers, por su parte, solicitó
refuerzos a Perú y Montevideo, los cuales no le fueron remitidos.
Desconfiando de las tropas cordobesas, trató entonces de
marchar al Perú con los pocos leales a la Corona que todavía
quedaban y organizar allí un ejército para someter
a los rebeldes de Buenos Aires.
La Junta Provisoria, convencida de que los
responsables del conato ponían en grave peligro a la revolución,
resolvió castigarlos severamente. Sólo permanecían
junto a Liniers 28 oficiales, en su mayoría europeos, por
lo que no le quedó ya más recurso que la fuga. El
Coronel Antonio González Balcarce, a la cabeza de 300 hombres,
fue comisionado para perseguirlos y los alcanzó en los bosques
que rodeaban el camino a Córdoba y Santiago del Estero. La
Junta dispuso que los prisioneros fueran pasados por las armas;
destacó al doctor Castelli y a los comandantes French y Juan
Ramón Balcarce para cumplimentar la orden. El lugar de la
ejecución fue un pequeño bosque llamado Monte de los
Papagayos, distante dos leguas de la posta Cabeza de Tigre